viernes, 8 de septiembre de 2017

Intoxicación por cocaína


Intoxicación por cocaína
La cocaína es un alcaloide extraído de las hojas de la coca empleada inicialmente en medicina con fines terapéuticos como anestésico local y vasoconstrictor. En los últimos decenios ha aumentado su consumo como sustancia de abuso por producir euforia, excitación e hiperactividad. Desde su origen hasta el consumidor, la cocaína se adultera con numerosas sustancias, como azúcares y anestésicos locales, variando la pureza desde el 10 al 95%.
La cocaína puede administrarse por vía intranasal, intravenosa o inhalada.
La vía intranasal tiene su efecto máximo a los 15 minutos, durando aproximadamente 90 minutos. Los efectos de la vía inhalada se obtienen a los 7-10 minutos, desapareciendo a los 40-60 minutos. La cocaína intravenosa alcanza un pico máximo a los 5 minutos con una biodisponibilidad del 100%.

Farmacocinética

Las formas de abuso de cocaína son de gran interés, ya que condicionan la farmacocinética, la actividad farmacológica, la toxicidad y el grado de adicción de la droga (Tabla) En su forma básica, tanto en sangre como en el humo del tabaco que llega a los pulmones, la cocaína atraviesa las membranas celulares de forma rápida y eficazmente. Traspasa la barrera hematoencefálica. Esnifada o administrada por vía intravenosa se encuentran niveles de cocaína en el cerebro en 30 segundos, mientras que fumada solo tarda 5 segundos en tener efectos centrales.
La cocaína después de ser administrada es distribuida ampliamente por todo el organismo.
Se metaboliza con rapidez, generalmente por hidrolisis enzimática.
La cocaína actúa como una amina simpaticomimética de acción indirecta. Es un inhibidor de recaptación de noradrenalina y dopamina desde la hendidura sináptica a la terminal presináptica, lo que facilita la acumulación de noradrenalina o dopamina en la hendidura sináptica.
El aumento de la biodisponibilidad de dopamina por la inhibición de la recaptación tipo I media la euforia que produce la cocaína y parece que está implicada en el mecanismo de adicción. El exceso de noradrenalina que se produce por acción de la cocaína es el responsable de la mayoría de los efectos farmacológicos y de las complicaciones agudas de la cocaína (aumento de presión arterial, dilatación pupilar, sudoración, temblor, etc.)
La cocaína también bloquea la recaptación de serotonina y el consumo crónico de esta sustancia produce cambios en estos neurotransmisores con una disminución de la biodisponibilidad.
Estos efectos sobre la neurotransmisión catecolaminérgica y serotoninérgica constituyen la base de su mecanismo de acción como droga dependígena.
Se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina detectándose  en ella durante las 24-36 h tras su consumo.


Intoxicación aguda

Las manifestaciones clínicas de la intoxicación aguda por cocaína derivan de sus efectos simpaticomiméticos: euforia, disminución de la fatiga, sensación de gran fortaleza física y mental, hipertermia, midriasis, agitación, crisis convulsivas, hemorragia cerebral, hipertensión arterial, infarto agudo de miocardio, hemorragia cerebral, rabdomiólisis, coma, muerte súbita.
Cuando la cocaína se consume conjuntamente con alcohol, esta es parcialmente convertida en eticocaína, metabolito mucho más potente, lo que nos explica la mayor morbimortalidad de la intoxicación aguda por ambos tóxicos.
Las formas más graves de intoxicación son las que cursan con presencia en el organismo de altas concentraciones de cocaína, como en el caso de los traficantes que portan en el interior de su cuerpo gran cantidad de droga (Body packers)

Tratamiento


El tratamiento de la intoxicación por cocaína se basa fundamentalmente en el soporte de las funciones vitales, garantizando la permeabilidad de la vía aérea:
  • Control de las constantes vitales y vía aérea
  • Canalización de la vía venosa periférica
  • Control de tensión arterial y diuresis
  • La agitación se tratara con benzodiacepinas, como midazolam por vía intravenosa a dosis de mg/kg
  • En caso de crisis convulsivas, el tratamiento de elección es midazolam, a dosis inicial de mg/kg. Otras alternativas serian el diazepam, valproato o difenilhidantoina.
  • La hipertensión suele responder a la administración de benzodiacepinas, tal y como se ha descrito en el tratamiento de la agitación. La hipertensión grave responde al tratamiento con labetalol, en dosis inicial de
  • mg cada 5 minutos en bolo intravenoso, que puede repetirse hasta control de las cifras tensionales o hasta la administración de 100mg.
  • En caso de rabdomiolisis, se debe administrar solución de cristaloides, como suero glucosalino a razón de 4.000 ml/24h para forzar una diuresis mayor de 3ml/kg/h.
  • Cuando la cocaína se introduce por vía digestiva, como en el caso de los body packers, puede realizarse lavado gástrico y la administración de carbón activado. Una vez haya actuado este, se realiza la irrigación intestinal con solución evacuante hasta que el líquido rectal salga claro.
    Deben evitarse los neurolépticos debido a su efecto anticolinérgico, ya que pueden dificultar el enfriamiento al impedir la sudoración.
    La diuresis acida o la hemodiálisis no tienen utilidad en la intoxicación por cocaína.
Autores: Paula Nuñez Gaviño

                Angel Piñeiro Lopez
                Roberto Chillon Arce

0 comentarios:

Publicar un comentario

Quemaduras