Introducción
El alcohol etílico es un líquido claro, volátil, inflamable,
incoloro. Es una molécula pequeña y poco polar, perteneciente al grupo de los
alcoholes alifáticos de cadena corta y que interacciona fácilmente con grupos
polares y no polares de componentes de la membrana con gran capacidad de
difusión en medio acuoso y lipídico. Esto explica que atraviese fácilmente la
barrera hematoencefálica y llegue al cerebro tras un breve tiempo tras la
ingesta.
Farmacocinética
Con el estómago vacío, el nivel máximo de alcohol en sangre
se produce a los 30-60 minutos de la ingesta. Ya que en el estómago se absorbe
una cantidad pequeña del alcohol ingerido, cualquier factor que retrase el
vaciado del estómago retarda la absorción del etanol y, consecuentemente, la
velocidad de absorción va a depender del tipo de bebida, su concentración
alcohólica, la presencia o no de alimentos en el estómago y el tipo de estos.
Cualquier modificación en la motilidad gastrointestinal o en
su morfología puede producir importantes variaciones en el ritmo de absorción
del alcohol, así, la esta se incrementa cuando aumenta la motilidad
gastrointestinal (Gastritis, fármacos colinérgicos), cuando aumenta la
capacidad de absorción gástrica (Gastritis crónica, ingestión de alimentos,
estados de ansiedad) o cuando se acelera el vaciado gástrico (Ingestión de
bebidas carbonatadas, alcoholismo crónico, gastrectomía) Por lo contrario, la
absorción se reduce cuando disminuye la capacidad gástrica de absorción (Estado
de pánico, ejercicio) o cuando se retrasa el vaciado gástrico (Carcinomatosis
gástrica, alteraciones emocionales).
Las concentraciones de alcohol por debajo de 10% o encima
del 30% se absorben más lentamente. Tras esta, el alcohol atraviesa el hígado
en donde es metabolizado el 90% de la cantidad ingerida por la vía
alcohol-deshidrogenasa, que mantiene una velocidad de metabolización constante
e independiente de los niveles plasmáticos de etanol, pudiendo variar entre
0,15-0,25 g/l. El 10% restante de la cantidad ingerida se metaboliza a través
de la vía secundaria, la microsomal. Dicha vía presenta una velocidad de
metabolización concentración-dependiente.
Existe una tercera vía, la vía de las catalasas, inducible
tras la ingesta de alcohol y que interviene en la metabolización del mismo.
Se considera que, al menos un 5% del etanol ingerido se
elimina sin metabolizar por orina, sudor, o a través de la respiración, si bien
esta cifra puede llegar hasta el 10% en períodos de diuresis aumentada, sudoración
profusa o hiperventilación.
El alcohol se elimina por aire espirado, orina, heces, leche
materna, saliva y sudor.
Intoxicación aguda
El etanol es un depresor del sistema nervioso central que
provoca un cuadro clínico caracterizado por euforia, alteraciones de la
conducta, pérdida de la inhibición, ataxia, verborrea y, finalmente, estupor y
coma.
Pueden observarse síntomas clínicos (Tabla) con
concentraciones de etanol en sangre entre 20-30 mg/dl, que pueden describirse
como sensación de bienestar o disminución del tiempo de reacción.
Concentraciones de etanol mayores se relacionan con depresión central con
sintomatología relevante en el ámbito psicológico y psicomotor. A partir de
400-500 mg/dl se puede producir coma, depresión bulbar y la muerte.
Deterioro de las funciones intelectuales y físicas, conducta
irresponsable, euforia, incapacidad para mantenerse en bipedestación,
alteración de la percepción y del juicio
Tratamiento
El tratamiento de la intoxicación etílica es sintomático y
debe adecuarse al nivel de conciencia y al tiempo transcurrido tras la ingesta:
•Control de las
constantes vitales, vía aérea y nivel de consciencia
•Situar al paciente
en un espacio tranquilo, evitando autolesiones
•Recordar que los
efectos del alcohol no desaparecen con café o duchas frias, sino cuando
transcurre el tiempo mínimo necesario para su metabolización
•Dieta absoluta
mientras persista la alteración del nivel de conciencia
•Prevención de
hipotermia
•Valorar intubación
orotraqueal en caso de coma
•Canalización de vía
venosa periférica y perfusión de suero glucosado 5% a 21 gotas/Minuto
•Administrar vitamina
B1 (Tiamina) en dosis de 100mg/24h por via intramuscular como profilaxis del
síndrome de Wernicke
•Si existe agitación
psicomotriz, tiaprida 100mg/6h por vía oral o 100mg/12hpor vía intravenosa.
Como alternativa puede utilizarse diazepam en dosis de 5mg por vía intravenosa,
pudiendo repetirse la dosis a los 10 minutos si no se obtiene el efecto deseado
•Si el paciente
presenta vómitos, administrar metoclopramida 10mg/8h por vía intravenosa
•En caso de
hipoglucemia: administrar 10g de glucosa en bolo intravenoso
•Si el paciente
presenta acidosis metabólica, tratar con bicarbonato sódico 1M si el ph es
<7.20. Para ello se calcula el déficit de CO3H, recordando que el resultado
obtenido es igual a la cantidad de ml de bicarbonato sódico 1M necesaria,
administrando la mitad en 30 minutos y realizando una nueva valoración gasométrica
a los 60 minutos de la finalización de la perfusión
Déficit de CO3H= 0.3x kg de peso x exceso de bases
La administración de tiamina es prioritaria al suministrar
glucosa ya que esta necesita de la tiamina para su metabolización, pudiendo
agotar las reservas de esta vitamina en el paciente alcohólico.
Autores: Paula Nuñez Gaviño
Angel Piñeiro Lopez
Roberto Chillon Arce
Autores: Paula Nuñez Gaviño
Angel Piñeiro Lopez
Roberto Chillon Arce
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